Hoy en la mañana para acompañar a un panzito que Oliver gustosamente nos trajo directamente horneado en casa por él y su amada esposa, bajé a comprar un cafecito, de paso pues para fortalecer relaciones con el jefe, le pregunté si necesitaba algo y yo se lo invitava …(antes de que digan algo, ¡¡¡SAPOOOOOOOOO!!! jejejeje)… pero bueno bajo, todo chevere calidad, a por dos exquisitos capuccinos, los pido y todo chevere, hasta que veo dos hermosas joyas, dos granitos de café tostado. Ooohh siiii, exquisitos, tostaditos, quemaditos y amarguitooos…. le digo sin pudor alguno: -se le cayeron unos granitos, ¿tienen mas que le estorben?- no pensé siquiera que me lo daría, pero sip, me dio un puñadito, pero para mí mas que un tesoro.
Ahora el problema radica aquí, ando todo acelerado, con cada granito que consumo, mastico y degusto, me acelero maas y maas hu hu huuu!! aaah las maravillas de este grano, me acuerdo cuando mi abuela tostaba café con pinienta gorda o clavo de olor y canela con dulce de panela, quedaba mas delicioso, con un sabor exquisito y muy, muuy hogareño, talvéz la próxima semana que me tome vacaciones vaya pa’ pueglo a traer cafecito y otras delicias, y sobre todo, visitar a mi viejita y a la familia.
Aaah sii, la taquicardia ocasionada por el café… deliciooosoo !!! ahi veo que hago.
por los momentos... 